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Pero a los ciegos no le gustan los sordos, y un corazón no se endurece porque si ~



29 de mayo de 2011

Para sobrevivir en este mundo mantenemos cerca de nosotros aquellas personas de las que dependemos, a las que confiamos nuestros miedos y temores, nuestras ilusiones y esperanzas. Pero, ¿Qué ocurre cuando perdemos esa confianza? ¿Dónde podemos huir cuando las cosas en que creemos se desvanecen delante de nuestros ojos?.