Un día comprendí, que un silencio vale más que mil palabras, que tomar una mano no significa atar un corazón, que no se debe correr detrás de alguien que siempre huye de ti, que el amor te lo deben demostrar, no se debe mendigar y, cuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo, donde estén, o con quien estén, tarde o temprano se encontrarán...